A demás, condenan grandes áreas que, incluso después del cierre del sitio y del relleno posterior, no son aptos para muchas actividades. Los residuos enterrados siguen deteriorándose durante muchos años, la producción de lixiviados y de gas (metano) tienen que ser evacuados y tratados por períodos de hasta varias décadas.
Muchas son las limitaciones técnicas que son impuestas sobre el funcionamiento de estos sitios: el suelo, la protección de los recursos hídricos, el establecimiento de geomembranas (prevención de la posible infiltración) y tratamiento de efluentes.